El enfrentamiento entre dos bandas criminales dentro de una cárcel de Guayaquil deja al menos 100 muertos y añade un tercer episodio de violencia a la crisis penitenciaria de Ecuador. Además de los fallecidos, las autoridades atendieron a 49 heridos que agrandan las estadísticas de afectados en amotinamientos. En febrero y en julio, sendos enfrentamientos entre presos dejaron 79 y 22 víctimas. Según la policía, los internos de dos pabellones peleaban desde las nueve de la mañana por hacerse con el control del pabellón cinco. Allí han encontrado 19 cuerpos. Cinco de los internos habían sido decapitados.
“Tenían impactos de proyectil de armas de fuego y también por granadas”, ha detallado el comandante de la policía Fausto Buenaño, a media tarde cuando, según su explicación, ya se ha retomado el control en la cárcel más grande Guayaquil y de Ecuador, la antigua Penitenciaría del Litoral. Las imágenes captadas por vecinos mostraban a presos caminando por los tejados y disparando por las ventanas de la cárcel con escopetas.
El sistema carcelario ecuatoriano fue declarado en emergencia por el expresidente Lenín Moreno y, ya con Guillermo Lasso en la presidencia, tiene asignado 75 millones de dólares en recursos adicionales para reforzar la seguridad. Aún no han sido desembolsados. “He pedido que construyan garitas para poder patrullar con policías desde el exterior durante 24 horas y evitar más amenazas”, ha recordado Fausto Buenaño. El responsable policial indica que se han encontrado diferentes tipos de armas al entrar a la Penitenciaría del Litoral, como “fusiles, pistolas o revólveres”.
El amotinamiento ha coincidido con el nombramiento de un nuevo director para el sistema carcelario. Bolívar Fernando Garzón es desde este martes el responsable de la gestión de las cárceles después de que su predecesor, Fausto Cobo, dejara el cargo tras dos meses para encargarse del Centro de Inteligencia Estratégica.
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